No es noticia porque viene pasando desde hace tiempo, pero sí es real. Imagínate que se te cae la cámara al agua y el sensor queda hecho unos zorros... pues esolo sufrió Farrell Eaves y supo aprovechar la ocasión que le brindó la (¿mala o buena?) suerte.
Esta historia real nos recuerda a la literatura y cine de Paul Auster, con el azar siempre como motor de sus narraciones, o incluso a parte de la obra de Woody Allen.
En fin, que siempre quedan cosas por descubrir.
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